miércoles, 10 de abril de 2013

Teysa Karlov


Han estado en el poder por demasiado tiempo.

eysa se sentó en su silla favorita, hecha de ébano de Utvara, y dejó que el pensamiento blasfemo vagara en su mente por un tiempo. Ella saboreaba el sentimiento que generaba en ella—una emocionante mezcla de sacrilegio y libertad.








Arte por Karla Ortiz

Ciertamente, había peligro delante de ella. El Obzedat le había dado el título de gran enviada, pero Teysa sabía que era solamente para tenerla mejor vigilada—constantemente probando su lealtad y manteniéndola ocupada con “asuntos oficiales” sin fin. Teysa ya no era una extraña al juego y sabía que solo podía ganar cierta influencia en el mundo de los vivos antes de sentir los hilos fantasmales del Obzedat arrastrándola a sus dominios. Y Teysa había estado ganando poder de manera constante. Ella había sentido sus hilos jalándola desde hacía algún tiempo.

Ya había tenido suficiente de esos hombres viejos y muertos.

El Manifiesto Generacional Orzhov para el Futuro estaba en su escritorio. El tomo antiguo no había coleccionado una mota de polvo desde sus días como una joven advokista. Teysa había leído de principio a fin varias veces, pero esta ultima vez lo hizo desde un contexto diferente. Las palabras tomaron un nuevo valor. Los ojos de Teysa fueron abiertos; ya no era más esa joven advokista ambiciosa que entró a un despiadado  mundo de poder y mentiras. Últimamente, Teysa comenzó a verse a sí misma como una representante de algo nuevo dentro de los Orzhov que llenó su mente de profunda convicción e ideas. Quería destripar al gremio Orzhov y reformarlo en un nuevo poder que Ravnica jamás haya visto.

Tomó el pesado libro y lo abrió en la más reciente cita que se le quedó en la cabeza.

"El liberarse de la conexión mortal al crudo acuñamiento y a las riquezas simples le permiten a los miembros del Obzedat perseguir poder verdadero y sagrado, sin estar ligado a cuestiones mundanas. Así que por qué perseguir aún ahora la moneda con el mismo fervor que antes?"

—Anónimo





Palabras simples pero audaces que llevaron a "Anonimo" a ser cazado y sentenciado a morir. Nadie fuera de la élite de los Orzhov saben la historia complweta, pero aquellos dentro de las familias Orzhov sabían que Anonimo era una aristócrata llamada Tihana Jarik. Jarik era conocida dentro de la élite Orzhov por hablar contra el Obzedat. Al principio, se consideró que era una exentricidad de la sangre Orzhova de Jarik, y fue el renombre de su familia la que la mantuvo a salvo hasta que comenzó a publicar ensayos que criticaban al concilio fantasmal. Esos ensayos y su negación a desistir fueron los que llevaron a su arresto, juicio, y desintegración pública en el foro de Orzhova.

Teysa había gastado una pequeña fortuna en moneda y favores a un contacto confinable Dimir para procurarse los raros e incendiarios escritos de Jarik. Estaban en la colección de Teysa pero escondidos lejos, bajo llave, y bajo la protección de guardas mágicas de alto poder. Poseer las palabras de Jarik era igual que ser culpable de los mismos crímenes por los que se le ejecutó a Jarik. Pero a Teysa ya había dejado de importarle lo que el Obzedat pudiera hacerle y había empezado a enfocar su formidable mente en lo que ella podría hacerles a ellos.







El laberinto.

Unos días antes, el Obzedat había usado un Pacto Mortal para entregar un mensaje. Un escriba aterrado le transmitió a Teysa un mensaje dentro de los confines de un círculo de la verdad. Teysa escuchó con la intensidad de un gato observando un nido de ratón. El laberinto comenzó como un interes pasajero para los Orzhov, otra obsesión extraña de los Izzet a ser monitoreada pero sin ser tomada en serio. Teysa podia sentir esta nueva información cambiando el juego. El laberinto se había convertido en algo vastamente más importante y era algo para lo que el Obzedat no tenía un plan. Y ella lo sabía.


Maze’s End | Arte por Cliff Childs

La más grande debilidad del Obzedat era que estaba compuesto de espíritus jugando un juego corpóreo—necesitaban a alguien del otro lado del velo en quien ellos pudieran confiar par acosas de gran importancia. Hasta entonces, Teysa había sido su su respuesta renuente. Ella podia sentir su frustración de tener que revelarle su urgencia a Teysa con esta tarea de corer el laberinto y hallar su antiguo secreto. Podría ser poder desenfrenado? Podría ser una vasta fortuna? Le concedería el mando de Ravnica? Teysa sabía que el Obzedat estaba realmente preocupado acerca de lo que pudiera pasar; el laberinto estaba fuera de su control y el reloj estaba corriendo. Teysa era su major apuesta para resolver el laberinto. Ahora ella tenía la ventaja—tenía algo que el concilio quería.

Mientras ella miraba desde el balcón no pudo contener la sonrisa de la sencilla delicia de todo esto.

"Slubnik," llamó Teysa.

Su thrull resopló y se incline ante Teysa.

“Envía un mensajero y traeme al señor Tajic de los Boros a mi estudio."









Tajic se sentó en el estudio de Teysa. El sonido del bastón de Teysa en el suelo de baldosas anunció su llegada. Mientras ella entraba, el caballero Boros se puso de pie y le sonrió, sus dientes blancos viendose feroces en contraste a su piel bronceada y barba negra. Ofreció su brazo y acompañó a Teysa hasta su silla. Su brazo se sentía como si fuera de acero.

Teysa podía darse cuenta que sus ojos notaban cada detalle de sus alrededores. Ella podía sentir el intelecto de Tajic pero también podía sentir como irradiaba peligro. Aunque Teysa era todo menos un guerrero, supuso que Tajic podría hacer pedazos a los guardias que estaban fuera del cuarto y a cualquier otra persona dentro de su mansión si así lo decidiera.

Teysa le indicó a Tajic que se sentara. "Iré directo al punto. Sé que eres un hombre de palabra, Tajic, e integridad incuestionable es algo que yo valoro por encima de todas las cosas—moneda, tierra, o incluso poder. Ambos sabemos que la integridad es poder y aquello que carece de integridad no tiene poder."

Los ojos de Tajic brillaron. Le gustaba esta aristócrata Orzhov; era una visionaria tanto como una guerrera. "Siempre has sido una amiga de los Boros, Teysa Karlov, aun cuando nuestros maestros de gremio no se ven a los ojos." Su acento era fuerte y hablaba con una seguridad que, sin duda, había fastidiado a su maestro de oratoria en la Academia Boros. "Tus esfuerzos en curar el Kuga Mot, restaurar el Utvara, vencer a Zomaj Hauc, crear un nuevo Pacto de Gremios—todas estas acciones hablan de tu carácter. Sé que Ravnica no es solo otro lujo para ti."




Arte por James Ryman

"Estoy feliz de saber que me ves sin tu cinismo usual." Teysa dio un sorbo a su té. "La mayoría no podría concebirme con la simple capacidad de ser humana, mucho menos considerar siquiera que de hecho me preocupa el bienestar de nuestra ciudad sin esperar recompensa." Teysa miró por encima del borde de su taza.

Tajic se incline hacia adelante en su silla. "Sabía que apreciabas la ley y lo que representa para  Ravnica. Eso fue por lo que acepté tu invitación para hablar hoy." Respondió, inclinándose hacia atrás. "Debo ser honesto contigo, Teysa Karlov, siempre he admirado tu coraje desde la distancia, pero ahora que me encuentro en tu presencia, puedo ver lo que te hace una grandiosa líder." Tajic dijo las palabras sin dar muestras de subterfugio o engaño; Teysa sintió un ligero rubor en sus mejillas.

"Me honra, Señor." Dio un sorbo semiconsciente de té.

"Sé lo que inspira a la gente," Tajic dijo prosaicamente.

Hubo una larga pausa. Los dos permanecieron sentados en silencio, tomando té, Tajic con una expresión que asemejaba a una esfinge que no dejaba escapar emociones y Teysa sintiendo que ese era el más extraño comandante Boros que hubiera encontrado jamás. Él era perfecto para la tarea. Este era el hombre que le ayudaría a lograr su objetivo.

Teysa tomó un respiro, el tipo de respire que uno toma antes de abrir una puerta de la cual  no hay retorno.

"Me gustaría hacer una alianza contigo. Un tipo especial de alianza que requiere un completo compromiso y total dedicación."

Tajic sonrió como si hubiera estado esperando esta petición de Teysa desde el comienzo. "Quieres que te ayude a cruzar el laberinto y robar el premio de las insaciables garras de Niv-Mizzet? Sería un placer."

"No," replicó Teysa. "Quiero que me ayudes a destruir el Obzedat."