lunes, 6 de junio de 2011

Diario de Jian, curador Sylvok:


He visto tanto dolor, pero ese Auriok es el que todavía me espanta más.

Ni siquiera sé su nombre. Era solo uno de muchos que llegaron a la vez – sólo una pequeña parte de una constante ola de muertos y moribundos. Cuando llegué al pie de su cama, su respiración era superficial, sus ojos amplios y vidriosos, su cabeza girada lejos de mí. No tenía heridas aparentes, pero en estos días de venenos phyrexianos, yo sabía que eso significaba poco. “Cómo te sientes?” Pregunté. Él sólo continuó mirando fijamente. Gentilmente toqué su hombro. Su rostro giró violentamente hacia mí mientras se sentaba, su cuerpo espasmódico del pánico… Probablemente podría haberse puesto de pié de un salto y huido de ahí si hubiera tenido las fuerzas.

“Lo siento, yo… aún lo escucho,” carraspeó a través de su enferma garganta. “No pensaba mucho acerca de eso en un principio… Era un horror como cualquier otro horror que hemos estado enfrentando. Habíamos estado acabando con casi todos ellos con pocas bajas. Estábamos complacidos.”

“Por favor recuéstate. Debes relajarte…”

“Su boca se abrió, de lengua púrpura, goteando icor…. Y… oh, no, eso” Comenzó a temblar tan fuerte que su cama tembló, lágrimas corriendo por su rostro” Cantó. Las palabras… No pude entenderlas, pero quemaron mis oídos. Un coro de rugidos distantes contestó…” Giró hacia mí, mirándome fijamente. “Vimos a aquellos que rugieron pronto. Y entonces comenzó en verdad la carnicería.” Finalmente se recostó de nuevo. “Aún escucho ese himno en mis sueños. Pero la peor parte es… que casi estoy empezando a entenderlo…”

Murió al día siguiente. Me enteré luego que la canción Phyrexiana lo había dejado completamente sordo. Me he preguntado seguido qué habrá escuchado… y siempre he concluido que no quiero saber.

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